Como siempre pasa, el mensaje se distorsiona con los mensajeros y muchos se despegan del heroico mensaje de patria grande y justicia social.
Lo mismo pasa con las religiones y sin ir más lejos, la iglesia católica plagada de cinismos irreparables que constrasta con la pobreza y amor que Dios y su hijo Jesús nos lego.
Son pocos quienes pueden vivir con el mensaje y no tener que lidiar al lado de hipocresías personales.
Muchos son peronistas de palabra en los hechos derrapan, vanagloriandose en la desgracia ajena y como mártires del dogma la verdad única que algunos sienten los vuelve ciegos al mirar del prójimo.
En lo personal las emociones humanas están controladas por la empatía.
El masaje es lo que cuenta, alejemosnos del personalismo. No protejo personas falibles, sino el mensaje humanista del bienestar social, cual no es propio de ningún partido ni religion, sino del sentir natural de cada ser vivo que habita y siente.
